Una noche, cuando
mis padres se fueron a una fiesta con los vecinos, me quede con mis
hermanos en la casa donde vivíamos.
Esa noche llevaba un
camisón de color verde, era una época donde hacía mucho calor. Mi
familia y yo vivíamos al sur de España, en un pueblo en el cuál se
escuchaban historias de que gente del barrio estaba robando a niños.
Una noche, mis
hermanos y yo nos quedamos solos en la casa.
-Juan, ¿Quieres
algo de beber?- le pregunté a mi hermano pequeño
-Claro, Marta.- me
contestó él.
Fui a la cocina a
coger una botella de agua, abrí la nevera y no quedaban. Luego fui
al salón y pero tampoco encontré ninguna.
-Juan, ¿Dónde
puede haber botellas de agua?- le pregunté a mi hermano
-Pregúntale a Julián
Julián era mi
hermano pequeño pero era el hijo mediano, yo era la mayor y me tenía
que hacer cargo de ellos cada noche que mis padres se iban de fiesta.
Subí las escaleras
de mi casa para llegar a la habitación de mi hermano mediano.
-¿Julián? ¿Puedo
pasar?- pregunté dudosa
Nadie contestó así
que entré en su habitación.
-¿Julián?
Nadie me contestó.
Mi móvil sonó y fui a por él, era un mensaje de un desconocido que
decía: “Si quieres volver a ver a tu hermano sal al jardín de tu
casa”
En cuanto terminé
de leerlo, salí de mi casa pero cual fue mi sorpresa al darme cuenta
de que no había nadie en él.
De repente, escuché
unos pasos detrás mía, me volví y todo se volvió negro. Sentí
como si alguien me cogiera en brazos, no podía ni moverme y abrir
los ojos pero podía sentir. Luego oí el sonido de un coche y de
árboles.
Fue un trayecto muy
corto, tenía que estar muy cerca de mi casa. Al poco rato, alguien
me volvió a coger en brazos y me colocaron en una especie de
camilla.
Fueron pasando las
horas mientras que yo estaba en esa camilla, sola y asustada.
Cuando pude moverme,
abrí los ojos y me di cuenta que estaba en una habitación de color
blanca que solo tenía una cama y una silla a su lado. La silla y la
cama también eran de color blanco.
Se podía apreciar
mucho los olores, olía mucho a humo y a tuberías.
Como pude, intente
levantarme de la cama y me di cuenta de que llevaba puesto un camisón
que también era de color blanco.
-¿Dónde estoy?-
pensé
Fui caminando por la
habitación mirando a ver si podría haber alguna salida pero no
había nada para salir de allí, ni una puerta ni una ventana.
Pensé que podría
ser muy fácil salir de allí pero no había nada con lo que pudiera
salir de esa habitación.
De repente, una
puerta, que solo se podía abrir desde fuera, se abrió y apareció
un señor.
-¿Quién es usted?-
le pregunté
Me fije en como iba
vestido, con unos pantalones y con una camiseta muy gastados, llevaba
una barba de unos cuantos días.
Dejó un plato de
comida y se fue.
Me volví a quedar
sola en esa habitación.
Volví a mirar por
toda la sala y no había nada. Pero una ventana pequeña se abrió y
me tiró un nuevo camisón para que me cambiara.
Pensé para mi misma
que si me quisiera muerta ya me habría matado, en cambio me estaba
cuidando, me daba camisones para que pudiera estar limpia y me daba
de comer.
Me cambie de camisón
y me senté en el suelo para poder comer lo que me había puesto en la
bandeja.
Me sorprendió ver
una nota en la bandeja. Decía que él no era el responsable de esto.
El señor me estaba cuidando y él no era el responsable de todo
esto.
Mis padres estarían
preocupados por mi, y mis hermanos también lo estarían. Y¿Julián?
¿Qué había pasado con él?¿Estaría aquí en alguna de estas
habitaciones como yo?
Intenté ponerme de
pie pero no pude, pensé en que me podían haber puesto algo en la
comida para que me volviera a dormir.
Otra vez, todo se
volvió negro.
Sentí como me
llevaban otra vez en brazos y me volvían a poner en una zona plana.
Abrí los ojos y
tenia enfrente al hombre que tenía como un héroe. A quién había
querido como nunca e incluso defendido delante de mis profesores por
ser un mal ejemplo para nosotros. Mi padre. Él fue durante mucho
tiempo un alcohólico y se iba a bares nocturnos mientras que nosotros
dormíamos.
También nos gritaba
mientras hacíamos nuestros deberes y llegábamos tarde a clase porque
él se quedaba dormido viendo la televisión.
Todos los profesores
nos preguntaban a mi y a mis hermanos que pasaba en casa pero
nosotros estábamos amenazados y no podíamos decir nada.
-¿Papá?¿Qué
haces aquí?- pregunté asustada.
Nunca pude pensar
que fuese mi padre el que me hacía estas cosas. Pude darme cuenta
que estaba en un cama, atada con una cuerda.
-¿Por que estoy
atada?¿Por que haces esto?
Mi padre seguía sin
responder a mis preguntas.
-¿Y mamá?¿Dónde
está?¿Y mis hermanos?
-No debes
preocuparte por ellos, Marta. Están en un lugar seguro.
Era la primera vez
que oía a mi padre hablando tan serio, era un loco.
-Papá, ¿Por que
haces esto? ¿Por que estoy aquí?
-Hay una historia
que tu madre y yo nunca te hemos contado. Antes de nacer tú, tuvimos
un niño pero murió a los tres años, luego naciste tú y todo se
solucionó pero yo todavía pienso en ti y tu madre también. Y lo
que estoy intentando es solucionar ese problema, recuperar a mi hijo.
-Papá, ¿Y como
quieres recuperable?
-Juntando un miembro
del cuerpo de cada uno de vosotros.
Mi padre estaba
loco, estaba atada y no podía moverme.
-¿Están vivos?-
pregunté otra vez
-Pues claro Marta,
yo no mato a gente- me dijo él.
Alguien entró en la
sala, y era el señor que antes me había estado ayudando y dándome
de comer. Gracias a él había estado más fuerte y disimuladamente
pude desatarme de una mano y de la otra con cuidado para que mi padre
no me viera.
Al lado suya había
un pequeño carrito donde tenía unos cuchillos afilados y tenía
también un espejo. Fui a cogerlo con la mano que no tenía atada y
me lo guarde detrás de mi espalda. En una de las veces mi padre se
agacho para coger algo del suelo y aproveche para darle con el
cristal del espejo en la cabeza.
Fui a desatarme la
otra mano y me fui a buscar a mi familia. Primero encontré a Juan,
estaba en la primera sala donde yo había estado antes. Luego pudimos
encontrar a mi madre que estaba llena de golpes y por último
encontramos a mi hermano Julián pero teníamos que llevarle al
hospital porque le faltaba un dedo.
Después de unirnos
toda la familia, llamamos a la policía para que pudieran coger a mi
padre. Y después de todo mi familia salió adelante.