Música

domingo, 11 de enero de 2015

Habitación negra

Una noche, cuando mis padres se fueron a una fiesta con los vecinos, me quede con mis hermanos en la casa donde vivíamos.
Esa noche llevaba un camisón de color verde, era una época donde hacía mucho calor. Mi familia y yo vivíamos al sur de España, en un pueblo en el cuál se escuchaban historias de que gente del barrio estaba robando a niños.
Una noche, mis hermanos y yo nos quedamos solos en la casa.
-Juan, ¿Quieres algo de beber?- le pregunté a mi hermano pequeño
-Claro, Marta.- me contestó él.
Fui a la cocina a coger una botella de agua, abrí la nevera y no quedaban. Luego fui al salón y pero tampoco encontré ninguna.
-Juan, ¿Dónde puede haber botellas de agua?- le pregunté a mi hermano
-Pregúntale a Julián
Julián era mi hermano pequeño pero era el hijo mediano, yo era la mayor y me tenía que hacer cargo de ellos cada noche que mis padres se iban de fiesta.
Subí las escaleras de mi casa para llegar a la habitación de mi hermano mediano.
-¿Julián? ¿Puedo pasar?- pregunté dudosa
Nadie contestó así que entré en su habitación.
-¿Julián?
Nadie me contestó. Mi móvil sonó y fui a por él, era un mensaje de un desconocido que decía: “Si quieres volver a ver a tu hermano sal al jardín de tu casa”
En cuanto terminé de leerlo, salí de mi casa pero cual fue mi sorpresa al darme cuenta de que no había nadie en él.
De repente, escuché unos pasos detrás mía, me volví y todo se volvió negro. Sentí como si alguien me cogiera en brazos, no podía ni moverme y abrir los ojos pero podía sentir. Luego oí el sonido de un coche y de árboles.
Fue un trayecto muy corto, tenía que estar muy cerca de mi casa. Al poco rato, alguien me volvió a coger en brazos y me colocaron en una especie de camilla.
Fueron pasando las horas mientras que yo estaba en esa camilla, sola y asustada.
Cuando pude moverme, abrí los ojos y me di cuenta que estaba en una habitación de color blanca que solo tenía una cama y una silla a su lado. La silla y la cama también eran de color blanco.
Se podía apreciar mucho los olores, olía mucho a humo y a tuberías.
Como pude, intente levantarme de la cama y me di cuenta de que llevaba puesto un camisón que también era de color blanco.
-¿Dónde estoy?- pensé
Fui caminando por la habitación mirando a ver si podría haber alguna salida pero no había nada para salir de allí, ni una puerta ni una ventana.
Pensé que podría ser muy fácil salir de allí pero no había nada con lo que pudiera salir de esa habitación.
De repente, una puerta, que solo se podía abrir desde fuera, se abrió y apareció un señor.
-¿Quién es usted?- le pregunté
Me fije en como iba vestido, con unos pantalones y con una camiseta muy gastados, llevaba una barba de unos cuantos días.
Dejó un plato de comida y se fue.
Me volví a quedar sola en esa habitación.
Volví a mirar por toda la sala y no había nada. Pero una ventana pequeña se abrió y me tiró un nuevo camisón para que me cambiara.
Pensé para mi misma que si me quisiera muerta ya me habría matado, en cambio me estaba cuidando, me daba camisones para que pudiera estar limpia y me daba de comer.
Me cambie de camisón y me senté en el suelo para poder comer lo que me había puesto en la bandeja.
Me sorprendió ver una nota en la bandeja. Decía que él no era el responsable de esto. El señor me estaba cuidando y él no era el responsable de todo esto.
Mis padres estarían preocupados por mi, y mis hermanos también lo estarían. Y¿Julián? ¿Qué había pasado con él?¿Estaría aquí en alguna de estas habitaciones como yo?
Intenté ponerme de pie pero no pude, pensé en que me podían haber puesto algo en la comida para que me volviera a dormir.
Otra vez, todo se volvió negro.
Sentí como me llevaban otra vez en brazos y me volvían a poner en una zona plana.
Abrí los ojos y tenia enfrente al hombre que tenía como un héroe. A quién había querido como nunca e incluso defendido delante de mis profesores por ser un mal ejemplo para nosotros. Mi padre. Él fue durante mucho tiempo un alcohólico y se iba a bares nocturnos mientras que nosotros dormíamos.
También nos gritaba mientras hacíamos nuestros deberes y llegábamos tarde a clase porque él se quedaba dormido viendo la televisión.
Todos los profesores nos preguntaban a mi y a mis hermanos que pasaba en casa pero nosotros estábamos amenazados y no podíamos decir nada.
-¿Papá?¿Qué haces aquí?- pregunté asustada.
Nunca pude pensar que fuese mi padre el que me hacía estas cosas. Pude darme cuenta que estaba en un cama, atada con una cuerda.
-¿Por que estoy atada?¿Por que haces esto?
Mi padre seguía sin responder a mis preguntas.
-¿Y mamá?¿Dónde está?¿Y mis hermanos?
-No debes preocuparte por ellos, Marta. Están en un lugar seguro.
Era la primera vez que oía a mi padre hablando tan serio, era un loco.
-Papá, ¿Por que haces esto? ¿Por que estoy aquí?
-Hay una historia que tu madre y yo nunca te hemos contado. Antes de nacer tú, tuvimos un niño pero murió a los tres años, luego naciste tú y todo se solucionó pero yo todavía pienso en ti y tu madre también. Y lo que estoy intentando es solucionar ese problema, recuperar a mi hijo.
-Papá, ¿Y como quieres recuperable?
-Juntando un miembro del cuerpo de cada uno de vosotros.
Mi padre estaba loco, estaba atada y no podía moverme.
-¿Están vivos?- pregunté otra vez
-Pues claro Marta, yo no mato a gente- me dijo él.
Alguien entró en la sala, y era el señor que antes me había estado ayudando y dándome de comer. Gracias a él había estado más fuerte y disimuladamente pude desatarme de una mano y de la otra con cuidado para que mi padre no me viera.
Al lado suya había un pequeño carrito donde tenía unos cuchillos afilados y tenía también un espejo. Fui a cogerlo con la mano que no tenía atada y me lo guarde detrás de mi espalda. En una de las veces mi padre se agacho para coger algo del suelo y aproveche para darle con el cristal del espejo en la cabeza.
Fui a desatarme la otra mano y me fui a buscar a mi familia. Primero encontré a Juan, estaba en la primera sala donde yo había estado antes. Luego pudimos encontrar a mi madre que estaba llena de golpes y por último encontramos a mi hermano Julián pero teníamos que llevarle al hospital porque le faltaba un dedo.
Después de unirnos toda la familia, llamamos a la policía para que pudieran coger a mi padre. Y después de todo mi familia salió adelante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario